martes, 5 de diciembre de 2017

CÓMO RESOLVER CONFLICTOS



Resultado de imagen de conflictos

Siempre que nos hallamos inmersos en un conflicto, estamos en un estado de tensión y frustración. Rígidos y bajo presión, desilusionados y desengañados, no podemos actuar con coherencia.

Cambiemos el chip. Con bastante frecuencia, nos empeñamos en herir los sentimientos de otras personas, en lugar de generar espacios para el buen entendimiento y la sana comunicación.

Aquí hay algunas maneras que espero que nos pueden ayudar a resolver un conflicto:

Acepta tu parte en el conflicto

Los conflictos e incluso la mala química casi nunca pueden ser achacados al 100% a una sola persona.

El problema precisamente es pensar que uno no es parte del problema.

Una idea efectiva para sumergirnos como parte del problema es preguntarnos ¿Qué siente el otro? 

Cuando se empatiza, se entiende mejor el conflicto y se toma partido.

Sé directo

A menudo, los problemas se tergiversan y se complican porque hablamos con otras personas en lugar de hacerlo con la que tenemos el conflicto.

Pensamos que debemos ser "agradables" ("no puedo decirle eso!"), y no somos directos.

Habla con la persona con la que tienes el problema. Directamente. Trata de buscar el momento y el valor para hacerlo.

Cuando se actúa directamente no hay dudas ni excusas para solucionar el conflicto.

Piensa mejor de los demás

Es fácil echar las culpas a los demás. En lugar de eso, dales el beneficio de la duda. Puede ser que no se den cuenta de lo que están haciendo o provocando. Piensa lo mejor de los demás; no asumas lo peor. ¡Siempre positivo, nunca negativo!

Creyendo lo mejor del otro, ayuda a resolver el problema directamente en lugar de echar a perder la relación. Eso le da a la persona una oportunidad a la otra persona de recibir desde afuera el problema, y francamente, muchas veces, es probable que no tenga conciencia de haber actuado mal. 

Cuando se cree en lo mejor de los demás, se obtiene lo mejor de los demás.

Explica sin culpar

Decidirse a hablar con la persona con quien tenemos un conflicto es una lucha interna bastante ardua, porque siempre pensamos que la culpa es del otro. No culpemos. Expliquemos. En lugar de decir "siempre" o "nunca”, comienza a hablar de cómo te sientes.

Si tratas con una "persona enfadada", explícale algo como: “Pepe, sólo quiero que sepas que cuando te enfadas, siento que ya no podemos seguir hablando ni llegar a ningún acuerdo”.

Si tratas con un chisme, explícale algo como: "Juan, el martes cuando me contaste lo que le pasó a Pedro el fin de semana, sentí que debería haber sido Pedro quien debería habérmelo dicho."

¿Ves la diferencia entre explicar y culpar?

Culpar a otro es la garantía de que empeorar el conflicto.

Sé claro

Dar una o varias explicaciones claras es mucho mejor que hacer acusaciones generales o comentar rasgos genéricos. 

Decir: "El otro día, ayer sentí que te enfadabas es mucho más útil que "Siempre estás enfadado..."

Cuanto más específico seas, más apaciguarás el conflicto y avanzarás hacia un final feliz.

Da el primer paso

Una vez escuché que "quien da el primer paso es el más valiente y el que más ama". Lo que la persona en conflicto necesita es esperanza para volver a confiar. 

Si tiendes tu mano amiga, es probable que desista de estar a la defensiva, que se sienta avergonzada y (con suerte) quizás te diga: lo siento.

Dile “qué bien hace hacer el bien y qué mal hace hacer el mal”.

Anímale a mirar al futuro para que las cosas se solucionen en lugar de hacia el pasado para que empeoren. 

Cuando damos el primer paso, comenzamos a solucionar el conflicto.

Reza por él/ella

Sé que esto suena extraño, pero no lo es. 

Ora por él, reza por ella…

Cuando rezamos por el otro, es imposible estar enfadado con él.



No hay comentarios:

Publicar un comentario